Durante todo el verano, Maryland Latinos Unidos (MLU) ha estado compartiendo en diferentes espacios con líderes, trabajadores y miembros de la comunidad para hablar sobre lo que significa ser latino.
¿Qué es la “Latinidad” de todos modos?
Como estadounidenses, tendemos a ubicar grupos de personas en una especie de contexto cultural estrecho para simplificar nuestras múltiples experiencias y organizar lo que vemos a nuestro alrededor. Por ejemplo, el término “Hispano” como parte del léxico común en los Estados Unidos comenzó a utilizarse desde el censo de 1980. Debido a la amplia presencia de poblaciones latinas en el oeste del país, el gobierno adoptó el término en 1997, y lo siguió utilizando en los censos de 2000, 2010 y 2020.
El término tiene múltiples usos y definiciones. Es un concepto en Español que se refiere a los diversos atributos que comparten los latinoamericanos y sus descendientes, sin reducir esas similitudes a un solo rasgo esencial.
Es importante señalar que fue adoptado por primera vez dentro de los estudios latinos estadounidenses por el sociólogo Félix Padilla, en su investigación de 1985 sobre mexicanos y puertorriqueños en Chicago[1], y desde entonces ha sido utilizado por una amplia gama de académicos como una forma de hablar de comunidades y prácticas culturales latinas fuera de un contexto estrictamente latinoamericano.
Una dimensión de la experiencia de la Latinidad en Maryland es que es verdaderamente única. Tenemos una amalgama de culturas latinoamericanas, aquí mismo en nuestros patios. Hay 33 países que componen América Latina y el Caribe que se unen aquí en Maryland, compartiendo lenguas de raíz latina, con palabras a menudo mezcladas con lenguas indígenas. Hay muchas variaciones en los acentos, la manera en que hablamos y los significados de las palabras. La Latinidad, culturalmente, es en sí misma multicultural.
Si los examinamos desde la perspectiva de las construcciones sociales, los términos “Latino” e “Hispano” se refieren en gran medida a una experiencia geopolítica y contienen en sí las complejidades y contradicciones relacionadas con la inmigración. Lo podemos ver a través de las realidades poscoloniales y neocoloniales que experimentan hoy América Latina y Estados Unidos.
¿Pero a qué experiencias se refieren exactamente?
Estos términos abarcan la raza, el color, el estado legal, la clase, la nación, el idioma y las políticas de ubicación y movilidad.
A medida que exploramos las experiencias de las diásporas hispanas, latinas, latinx y otras en Maryland, tenemos que examinar sus puntos de origen y encontrar formas útiles de discutir estas nuevas concentraciones de culturas y comunidades latinoamericanas fuera de cualquier marco nacional. Después de todo, venimos de muchos lugares.
El término Latinidad nos permite forjar una experiencia cultural compartida a partir de lo que, en la superficie, parece ser algo dispar. Nos permite construir la solidaridad pan-latina –e pluribus unum, “de muchos, uno”. Y lo hacemos aquí, en Estados Unidos, un país en el que hemos crecido y al que muchos conocemos desde que nacimos, sin importar de dónde seamos originarios. Nuestro viaje y nuestra conexión arraigada con los Estados Unidos son naturales y parte de nuestra identidad colectiva. Son parte de nuestra experiencia sobre cómo nos convertimos en estadounidenses y cómo, en última instancia, ejercemos el poder político y social.
“Latinidad” no es una sola cosa, aunque nuestra comprensión del concepto depende de las relaciones sociales que existen a lo largo del hemisferio.
Maryland Latinos Unidos les desea a todos un maravilloso Mes de la Herencia Hispana. Aprovechen este tiempo para leer libros, escuchar podcasts, ver películas, documentales o programas de YouTube sobre la Latinidad que nos rodea. Aprendan a bailar Merengue o exploren los restaurantes Latinos locales. ¡Hay culturas muy ricas que esperan por que las explores!
